viernes, 30 de marzo de 2012

Lo que la sanidad privada tiene que aprender

Al menos en Andalucía la sanidad privada, que muchas veces está mejor considerada que la sanidad pública, tiene cosas que aprender de los servicios sanitarios públicos. Me refiero, por ejemplo, a la falta de confidencialidad existente en la inmensa mayoría de centros de la sanidad privada.


Hace años, estando en los servicios de Urgencias de la clínica Sagrado Corazón de Sevilla, se oyó a una empleada de la clínica llamar por su nombre a un paciente.  Del alboroto reinante en el lugar se pasó, en un breve instante de tiempo, a un silencio expectante y del tumulto salió un pequeño (gran) hombre, periodista y escritor, muy conocido en Sevilla y en el resto de España, que avanzaba hacia la persona que lo había llamado voz en grito en la sala de espera, mientras soportaba la intensa y curiosa mirada de la gente. Todos sabíamos quién era esa persona y todos mirábamos a ... Antonio Burgos.

En mis últimas visitas a un centro hospitalario y a un centro periférico de especialidades del Servicio Andaluz de Salud, me he percatado que los pacientes han pasados a ser números, con la finalidad de salvaguardar la confidencialidad que se nos exige en otros ámbitos de la vida.

Esperemos que las clínicas privadas, tanto los gestores como los trabajadores, tomen nota de esta situación y cumplan la legalidad, respetando la confidencialidad de los pacientes. 

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